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El año 2020 se caracterizó por el impacto, en el ámbito
nacional, producto de la emergencia sanitaria por Covid-19, que afectó
particularmente los procesos de intermediación financiera en términos de
descenso de tasas de interés y de demanda de crédito.
No obstante, el Banco Hipotecario de la Vivienda logró
enfrentar positivamente esos impactos, particularmente dada su condición de
solvencia patrimonial y estructura de financiamiento, generando aun así una
evolución en los niveles de operación y resultados institucionales.
Los Activos Totales se incrementaron de ¢160 mil millones a
¢168 mil millones, fundamentalmente en Activos Financieros (Disponibilidades,
Inversiones y Cartera de Crédito), recursos destinados a la gestión
financiera y al financiamiento de soluciones habitacionales, manteniéndose
así la tendencia de crecimiento observada de manera sostenida desde periodos
anteriores.
Este aumento equivalente a un 5% anual, fue muy superior a
la variación en el IPC nacional 2020 de un 0,89%, lo cual mantiene la
tendencia histórica reciente de mejoría sustancial en la capacidad de
generación de nuevos recursos para las operaciones de crédito de la entidad.
Este aumento en activos se financió principalmente a partir
de los recursos generados por las utilidades del periodo, recursos sin costo
financiero, lo cual representa una fortaleza particular desde la perspectiva
de independencia en la fuente de financiamiento propia.
Las utilidades del periodo alcanzaron los ¢9.189 millones,
mostrando un incremento de un 13% con relación al periodo anterior, debido al
efecto positivo de ingresos extraordinarios por realización de activos,
permitiendo compensar el impacto directo del descenso en tasas de interés en
el Resultado Financiero Neto, a pesar aún del aumento en el volumen de
Cartera de Crédito.
En el contexto de riesgos,
incertidumbres y sus efectos en la situación nacional durante el 2020, los
resultados operativos y la condición estructural del Banco en relación con su
proceso de intermediación financiera se mantienen como altamente positivos.
La mejora sostenida en la base
patrimonial y capacidad de generación de recursos disminuyen la dependencia
de fuentes externas de financiamiento con costo financiero, permitiendo
mantener expectativas favorables de mitigación de los posibles riesgos que la
condición actual de pandemia y el próximo escenario de recuperación nacional
plantean.
Lo anterior es base
fundamental para propiciar la sostenibilidad al cumplimiento de los objetivos
institucionales de atención del déficit habitacional a través de la
intermediación financiera.
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